jueves, 16 de mayo de 2013

Cuentame el secreto para poder salir...

"El amor es para ti, como no lo es para mi"

domingo, 12 de mayo de 2013

Solo a minutos

Lo hago, actuare como un ridiculo al hablarte, pero lograre atraerte. De nuevo.

Lo logre varias veces cuando me veias hablando delante de multitudes, mucho mejor ahora.
Solo debo aguantarme de no quedar petrificado con tu pelo, como tal medusa a mi alma.

jueves, 9 de mayo de 2013

Tempura roll

Su nariz tocaba mis labios, era de una estatura exacta. Siempre me contaba sobre los pelambres de su carrera, de sus amigas con los mechones y de su hermana con el vocero de la "Lista A".

Me encantaba ir a buscarla, sentir como levantaba una pierna al besarme y que su pie de apoyo, siempre pisara mi zapatilla. No había rutina, siempre caminábamos por calles distintas para llegar al departamento "Es para mantener al cerebro despierto y libre de Alzheimer" decía ella, yo me sentía como un cuento de Borges cada vez. Caminatas de cinco minutos y otras de hasta una hora, pero siempre entretenidas.

Ha sido la única mujer que me ha gustado escucharla; tal vez, por su forma de mover su mentón o por usar palabras rebuscadas (usadas de mala manera) cuando me hablaba. Siempre decía "pero que situación más inhospitalaria" o "eso es algo muy dicotómico", frases que lograban una carcajada en mi interior.

Todo era perfecto ¿Qué malo podría pasar?

Su aroma, japonés. No de amanecer de un ciruelo ni de flores silvestres primaverales; mas bien, a sushi.

No desagradable, pero era imposible aguantar las ganas de comer sushi cada vez que la abrazaba, besaba, se apoyaba en mi hombro, etc.

Pero no todo queda ahí; era vegetariana. Nunca me aceptó una invitación a un restaurant porque no comía nada del mar. Con mi remordimiento llegó a ser sagrado cada vez que me despedía, terminaba en un sushi bar.

No aguanté más, imposible sería contarle sobre su aroma a sushi (vuelvo a reiterar, no era desagradable, como un tempura). Le mentí, de la única manera que no me quisiera ver más, diciéndole que la engañé con la mechona que mas le cae mal. (eso me encanta de las mujeres, siempre le tienen mala a otra, ya sea en la U, en sus parientes, trabajo y hasta en sus propias amigas).

Ella aún me odia. Yo, aún siento ganas de besarla cada vez que paso por un restaurant japonés.
"I smell her...."