Ya cinco meses en el país de bailes apasionados y alcohol en cada esquina, me demuestra que no todo es calor aquí.
Todo es pasional, sensual y hasta banal; es un lugar donde puedo encontrar cualquier deseo oculto; afortunadamente, no es lo que busco. Me dí la oportunidad de conocer los corazones de las brasileñas, con resultados a la inversa de lo esperado.
grosso modo: tienen los sentimientos en neutro, los corazones mas fríos que he correpondido. Se nota que quieren (y precisan) de un cambio, algo que les vuelva a prender ese fuego interior que tienen todas las mujeres al sentir amor. Todo es culpa de los machos que las obligaron a ser objetos visuales y nada más.
Arrendaría un helicoptero y lanzaría libros de Neruda y Benedetti. Les mostraría que el romance, hablar, besar y verse cada día no es algo cursi, es lo que mejoraría a Brasil... En todos sus sentidos.
Estoy en el lugar menos propicio para demostrar mi propio jeito.
(sei la)
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